sábado, 12 de julio de 2014

Día 3: Tábara - Mombuey

16/07/2014

Kilómetros de la Etapa: 62.33km
Tiempo Rodando: 7:52h
Tiempo Total de la Etapa: 10:27h
Kilómetros Totales del Camino: 139.32km


Hoy, también nos levantamos con música clásica sobre las 6h. Me levanto un tanto cansado, diría que por el largo sueño que hizo que durmiese del tirón que por haberme despertado en varias ocasiones por ronquidos, ruidos, etc como se suele dar.
Como rutina en todos estos días en el camino tras levantarme, me enfundo la equipación ciclista antes de ir al baño a lavarme la cara y desayunar posteriormente. Cuando entro en la cocina, veo que los catalanes y alguno más ya están acabando de desayunar. Se habían levantado un poco antes para salir lo más pronto posible. Pues nada, me siento junto a un catalán y nos ponemos hablar del tema de conversación por excelencia en los albergues, el final de etapa de hoy y de como está el camino en cuanto a dificultades, mientras me tomo un cola cao con tostadas recién hechas por Josephine.
Poco a poco, se van sumando al desayuno el resto de peregrinos más perezosos. Una vez acabado, voy al baño para limpiarme los dientes y hago un poco de tiempo mientras Ignacio y Belén terminan de desayunar. La noche anterior, candamos las 3 bicis juntas y estoy a la espera de que acaben para quitar sus cadenas.
Salgo y hace un poco de fresco que hace que algunos salgan con algo de manga larga por encima. Tengo la misma idea pero, al poco, la desecho dado que, al pedalear empezarán los calores y no me hará falta.
Ignacio sale y, juntos, vamos a desatar las bicis para, posteriormente, engrasarlas y montarle las alforjas antes de salir.
De mientras, José el hospitalero, va haciendo fotos con su móvil a los peregrinos que van saliendo para tener un recuerdo subiéndolo al perfil de Facebook de este albergue. Como no, una vez listas las bicis, nos pide que nos pongamos en la puerta del albergue para la pertinente foto.
Ignacio, Belén y servidor
Tras esto, les damos las gracias por su hospitalidad y José nos devuelve un buen camino y nos indica la dirección para llegar otra vez al camino.
Nos montamos en las bicis y partimos juntos siguiendo las direcciones de José. El regreso es bastante fácil. Junto al albergue hay una pequeña calle a la izquierda, posteriormente, giramos a la derecha y seguimos todos recto en bajada esta calle asfaltada. Finalmente, cruzamos la nacional y nos adentramos en el camino. Poco antes de esto, nos encontramos a los catalanes junto a otros 2 peregrinos los cuales, andaban un tanto perdidos ya que no se habían entendido con José al darles indicaciones. Les deseamos buen camino y seguimos con la etapa.
Tras salir de Tábara, persisten los repechos que dejé ayer pero, estos son un poco más fuertes, cosa que hace que entremos en calor más rápidamente. Belén, con problemas en la rodilla, la cual, el día anterior Ramsés (otro de los bicigrinos de Zamora con el que salieron y que es fisio) le tuvo que realizar un vendado con tiras elásticas para que no sufriese tanto. Sigue teniendo la rodilla un poco resentida. Probablemente a que, aún no tiene la rodilla caliente y los repechos hacen mella, decide subirlos a pie. Pasados 2-3 repechos de buena mañana, el camino parece dar tregua con un buen trazado sobre llano donde, conversando, nos conocemos más. En ese momento, Belén me pregunta sobre qué trabajo. Le respondo que soy informático y, tras una sonrisilla, me dice que tenía cara de informático o de médico así que, muy mal encaminada no iba. No sé si será por las gafas o porque aparento ser un friki. Quién sabe... :)
El camino prosigue con el llaneo aunque con alguna que otra suave y larga subida sin complicaciones pasando a entrar por distintos bosques que se agradecen tanto para evitar el calor que hace bajo el sol como el cambio, de tanto en cuando, del típico paisaje árido de los campos zamoranos.
De esta forma, pasamos por Santa Croya de Tera y Santa Marta de Tera. Poco después de la salida de este pueblo, pasamos por una playa fluvial con bastante sombra donde a más de uno le hubiese gustado pasar la tarde con un buen baño. Proseguimos con las conversaciones hasta la entrada a Calzadilla de Tera donde, recuerdo el consejo que nos había dado José de pararnos en la iglesia Santa Marta para ver la primera escultura e imagen del Apóstol Santiago que se hizo en este Camino. Nos lamentamos pero, a ninguno se le ocurre volver a atrás y seguimos, entrando a Calzadilla de Tera.
Pasado este pueblo, el perfil empieza a ser irregular subiendo constantemente pero de forma suave.
Iglesia deSan Miguel (Olleros de Tera)
Llegados a Olleros de Tera sobre las 10h pasadas, decidimos parar en un colmado para comprar algo de embutido para comer al mediodía. En cuanto al pan, lo dejamos para más adelante. Dicho colmado, se encuentra cerca de su iglesia, donde paramos a hacer fotos y subir a su campanario. Comentar que, en la mayoría de pueblos del Sanabrés, el acceso al campanario es por unas escaleras externas y libre a cualquiera que quiera subir. Ahí es donde nos subimos Ignacio y yo. Y se nos ocurre la broma de empezar a tocar las campanas aunque, lo dejamos pasar para no molestar a los vecinos.
Campanario de la iglesia en Olleros de Tera
Proseguimos el camino hasta Rionegro del Puente, donde decidimos parar a comprar pan y comer algo. Para ello, paramos en un bar cerca del albergue y aprovechamos para sellar también. A la salida de este, nos vamos directos a una playa artificial que se encuentra en la entrada de este pueblo y donde, cogemos una mesa de picnic que hay a la sombra. Allí, preparamos unos bocadillos, comemos y entablo conversación con los sevillanos para saber más de ellos.
Una vez finiquitados los bocadillos, nos cambiamos y nos metemos en el agua, un tanto fría pero se agradecía dada la ola de calor que había.
Allí estamos hasta las 17h pensando si dormir en el albergue de allí, yo seguir hasta Mombuey
Tomando un baño en el río Negro (Rionegro del Puente) 
(lugar donde tenía planeado dormir) y ellos dormir en tienda de campaña o seguir todos hasta Mombuey. El temor de dormir en Mombuey era el tema del albergue y su fama de mal estado al igual que, la disponibilidad de camas. Hacemos varias llamadas pero nadie lo coge. Lo más probable es que sea el número del ayuntamiento, cerrado a esas horas. Finalmente, nos decidimos por ir hasta Mombuey y probar a ver que encontramos. Justo antes de salir, paramos en un bar para que nos rellenen los bidones de agua, cosa que aprovechamos para preguntar al dueño que distancia hay. Nos comenta que, por camino son 10km con algún repecho duro mientras, por carretera son 9km con dos repechos suaves y largos.
Dado que son casi las 18h, decidimos ir por carretera para llegar cuanto antes ya que, según la información que tenemos, solo hay 6 camas.
Salimos de Rionegro y, al poco tiempo, me distancio de los sevillanos que van un poco más atrás. Con facilidad, subimos los 2 repechos y llegamos a la calle principal de Mombuey. Miramos la dirección del albergue, calle de la Iglesia y, por lo que entendemos, debe estar cerca de esta. Vamos cruzando la calle principal teniendo en cuenta los supermercados que haya para ir posteriormente. Durante este proceso, vemos que salen de un bar los 2 bicigrinos que llegaron a última hora al albergue de Tábara. Estos, habían salido más tarde del albergue y, al parecer, habían parado a tomar algo/comer en Mombuey. Allí estamos 5 minutos hablando con ellos en los que nos pregunta si paramos en Santa Marta de Tera para ver la escultura. Le comentamos que, por despiste, nos olvidamos y proseguimos la marcha. Nos comentan que cuando ellos llegaron justo abrían la iglesia y pudieron verlo.
Iglesia de Mombuey, próxima al albergue
Lo primero que se me pasa por la cabeza es que salimos, como mínimo, una hora de adelanto respecto a ellos por lo que, con tanta espera para abrir no creo que nos hubiésemos quedado. Tras esto, nos comentan que tienen la intención de dormir en Puebla de Sanabria y que, para no perder más tiempo, salían ya. Nos despedimos definitivamente ya que tenía planificado llegar a Santiago en 3-4 días, más pronto que lo que tenía pensado.
Seguimos con la búsqueda del albergue hasta que, 20 metros más adelante de donde nos habíamos parado a hablar, encontramos la calle de la iglesia. Nos metemos por ella y, poco antes de llegar a esta, damos con el albergue.
Nos paramos delante y comprobamos si hay alguien. La puerta está cerrada y cotilleo por una de las ventanas que está abierta para ver si hay cosas dentro. En este albergue se tiene que solicitar la llave, por lo que, si ya había alguien, podría haberse ido a dar una vuelta cerrando el albergue. Justo cuando estoy viendo si hay alguien, sale Bonifacio, el vecino que hay frente del albergue y persona encargada de dar la llave. Hablamos con él y nos saca de su buzón la llave de dicho albergue. Hemos tenido suerte y somos los primeros en llegar. A posteriori, seríamos los únicos en dormir allí. Antes de dárnosla, nos dice que al día siguiente le dejemos la llave en el buzón así como, donde poder sellar la credencial. Le damos las gracias y nos vamos al albergue. A simple vista, es más bien un refugio. Consta de una pequeña sala con 8 literas (16 camas) y una camilla. En esta, hay una puerta donde se encuentra el baño con un plato de ducha. Lo justo y necesario para pasar la noche. En cuanto a la limpieza, parece que lo único que limpian es el baño que es lo que encontramos más en condiciones pese a que, la papelera, lleva bastante tiempo sin vaciarse.
En fin, menos da el dormir al raso así que nos damos por satisfechos. Metemos las bicis y empezamos a sacar alforjas y sacos de dormir. En una de estas, por comodidad tiro el saco sobre la cama donde voy a dormir y...pufff!!! al caer sobre el colchón se levanta una nube de polvo. - Creo que esta noche voy a dormir bastante bien acompañado de chinches, garrapatas, arañas... No le doy más vueltas y me meto en la ducha. En este apartado hay que tener cuidado. No tiene cortina por lo que, al acabar de darnos la ducha, habrá agua por todo el baño. Al menos, han dejado una fregona a mano.
Yo delante del albergue de Mombuey
Después de una ducha fría y haber lavado la ropa, los 3 nos dirigimos a una tienda que hay en la calle principal del pueblo, lugar donde nos podrían sellar el credencial y, posteriormente, nos paramos en la terraza de un bar donde nos tomamos unas jarras frías de cerveza mientras mantenemos una buena conversación. Tras 2 jarras, nos levantamos y, tras un buen palo en que nos han cobrado hasta las aceitunas, nos dirigimos a un supermercado para comprar la cena, desayuno y comida para el día siguiente. Poco después, volvemos al albergue. Allí, Belén e Ignacio sacan un hornillo de gas donde Belén preparará arroz para cenar mientras, yo voy a casa de Bonifacio para pedir si nos puede guardar en la nevera las bebidas que compramos para cenar. Sin problema, accede.
Como dentro del albergue hace calor, decidimos sacar un pupitre de colegio para cenar en la calle, justo delante de la puerta del albergue y preparamos el resto de cosas para poder cenar. Tras la cena, me quedo con Ignacio hablando afuera hasta que vemos que llega un coche, el cual, se para en casa de Bonifacio. Se bajan dos marroquís y empiezan a hablar con él. Al poco, vemos a este diciendo a gritos: - Esto es solo para peregrinos!! Solo pueden dormir ellos!!
En ese momento, tanto Ignacio como yo nos quedamos callados. Mientras uno de ellos vuelve al coche, el otro se acerca al albergue. Creo que ahí, tanto Ignacio como yo tuvimos el mismo pensamiento: estos quieren dormir aquí y se van a quedar con las ganas porque no les voy a dejar.
Se para delante de nosotros y nos pregunta si es el albergue. Le comentamos que sí, que es el albergue para peregrinos que están haciendo el Camino. Acto seguido, nos responde si se puede dormir a lo que contestamos que sí mientras se esté haciendo el camino y lleve el credencial con los distintos sellos. Se queda pensando y vuelve con otra pregunta - Qué habéis hecho para dormir?? - A lo que empieza mi imaginación...- bufff!! pues hemos ido a pedir permiso a la iglesia, la cual, está cerrada. Luego hemos tenido que ir a una tienda para que nos sellaran para poder dormir y, finalmente, hemos venido con el sello pidiendo cama a Bonifacio.
Después de esto, el marroquí se vuelve a quedar pensando y mientras se rasca la cabeza, viene con otra pregunta - Hay camas libres?? - A lo que respondemos - Alguna queda pero, lo más probable es que llegue algún peregrino a última hora y él tiene derecho a dormir en ella.
El marroquí se da por vencido y, sin despedirse, se mete en el coche y se van.
Acto seguido, decidimos cerrar el chiringuito sin antes preguntarle a Bonifacio si se había puesto muy pesado para dormir. El pobre hombre, se empezó a justificar diciendo que eso era solo para peregrinos y que él no es nadie. Tan solo se encarga de la llave del albergue. Le comentamos que no pasa nada y que no se preocupe ya que nosotros nos hemos encargado de que no se queden.
Este acto puede ser un poco egoísta pero, dados los casos que he leído sobre robos etc, de gente que no hacían el camino, más vale prevenir que curar.
Nos despedimos de Bonifacio y nos metemos en el albergue. Allí, tras una pelea para intentar que el saco abarque lo máximo posible sobre el colchón, acuerdo hora para levantarnos al día siguiente y nos acostamos.


Información sobre el albergue de Mombuey.

Track de la etapa de hoy:



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