viernes, 11 de julio de 2014

Día 4: Mombuey - Lubián

17/07/2014

Kilómetros de la Etapa: 63.01km
Tiempo Rodando: 07:41:h
Tiempo Total de la Etapa: 11:08h
Kilómetros Totales del Camino: 202.33km


Son las 6 de la mañana cuando suena el despertador. La noche la había pasado a medias debido a que, por una parte, el colchón no era muy cómodo (era bastante viejo y gastado) y, por otro lado, la incomodidad de no moverme mucho para no acabar encima del colchón sin la protección del saco para no dormir con la compañía de las posibles chinches. Aparte, a media noche, empecé a oír golpes en la puerta y, con el sueño, empecé a creer que habían vuelto los marroquís para dormir a la fuerza. Cosas del sueño y la imaginación porqué ni me inmuté lo más mínimo de la cama.
Al levantarme, les pregunto a Ignacio y a Belén por si lo habían oído. Belén, me comenta que usa tapones para dormir y, entre esto y que del cansancio durmió del tirón, no había oído nada por la noche. En cuanto Ignacio, comenta que había sido él yendo al baño y que, no sabía si era por el aire o por otra cosa, la puerta dio un par de golpes asustándose incluso él.
Aclarado el tema, nos cambiamos y desayunamos en el mismo albergue con la compra del día anterior. Este día parece que queríamos salir del albergue (repito, no muy cómodo) cuanto antes ya que, a las 7:18h iniciamos la etapa de ese día con parada final en Lubián.
El camino es una mezcla de tramos de tierra y asfalto con constantes subidas aunque, sin mucha complicación al ser suaves. De esta forma pasamos varias poblaciones como Valdemerilla, Cernadilla, Asturianos... Comentar que, saliendo de Valdemerilla, durante un kilómetro aproximadamente, no paraban de cruzarse conejos. Conté unos 70 y sin exagerar. En la parte derecha del camino estaba lleno de montículos producidos por las obras del Ave (que te irán acompañando hasta Entrepeñas) en donde los conejos habían decidido hacer sus madrigueras. En ese momento, recordé a un amigo el cual, tiene el  hobby de cazar. Aquí se habría hinchado.
De momento, el camino no tiene mucha complicación, algún repecho duro pero corto hasta Palacios de Sanabria, donde a partir de aquí, la gran mayoría del trazado son bajadas hasta Puebla de Sanabria. En dichas bajadas, ya podemos divisar el castillo de este en lo alto del pueblo.
Puebla de Sanabria
Llegamos a Puebla, pasando por delante del albergue, donde paramos a sellar y posteriormente, paramos a unos 100m de este, en un supermercado para comprar embutido y pan para la respectiva merienda/comida de después.
En este punto, recuerdo a Ignacio, intentando convencer a Belén para seguir hasta Lubián y quitándose hoy el alto de Padornelo. La intención de estos sevillanos era, parar a dormir en Requejo para afrontar al siguiente día a primera hora el Padornelo ya que, Belén cada vez estaba más fastidiada de la rodilla.
Como decía, Ignacio le insistía en probar a llegar a Lubián hoy y eso que aún estábamos en Puebla de Sanabria. Ante esa situación, me empiezo a reír - Ignacio, ni siquiera hemos llegado a Requejo y ya estás con subir el Padornelo?? Primero llegad a Requejo y luego decidís - A lo que nos reímos los 3.
Continuamos por el pueblo, subiendo la cuesta y volvemos a parar para sacar dinero aprovechando que, la mayoría de locales en ese tramo eran distintas sucursales. Justo estamos delante de la subida al castillo cuando, Belén, me comenta que le suena el sitio y, después de unos segundos, recuerda que hace unos años estuvo ahí.
Castillo de Puebla de Sanabria
Proseguimos y desechamos el subir al castillo, y más con la pendiente que había y teniendo en mente que más tarde había que afrontar el Padornelo (una lástima pero, las fuerzas empezaban a escasear). Justo a la salida del pueblo, empiezan las dudas. No vemos señales y no sabemos exactamente el camino. Para ello, miro la guía y veo que hay dos variantes.
La primera, consiste en seguir el camino tradicional, gran parte de este yendo por la Nacional con una distancia de 11.5km.
La segunda variante, consiste en ir hacia Requejo pasando por Pedralba. Esta variante está menos transitada en cuanto a vehículos y tiene una distancia de 9.9km. Tiene un par de repechos en los primeros kilómetros pero el resto es bajada, por tanto, entre esto y la distancia más corta, decidimos coger esta segunda variante. Aún así, para asegurar que vamos bien, Belén pregunta a un lugareño el cual, nos confirma nuestra teoría.
Puebla de Sanabria desde la parte de atrás (dirección lobeznos) 
Como decía anteriormente, salimos de Puebla de Sanabria teniendo que subir un par de repechos por carretera, un poco duros pero yendo tranquilamente se suben sin mucha complicación. De esta forma, llegamos a Lobeznos, una pequeña población que cruzamos en menos de un minuto. A la salida de este, todo es cuesta abajo hasta Pedralba, donde paramos a beber algo y comer un poco de chocolate para reponer energías. Justo en el lugar donde paramos, nos encontramos una flecha para adentrarnos por camino. La intención era seguir por carretera pero, tras otro vistazo a la guía, vemos que una vez llegados a esta población, debíamos coger camino para llegar a Requejo. Por carretera nos hubiésemos alejado en dirección a ningún sitio. Hubo suerte esta vez.
Pasados 15-20 minutos, decidimos continuar siguiendo las flechas amarillas hasta que damos con la Nacional. Seguiremos por esta durante unos 2km para llegar a Requejo.
Llegamos sobre el mediodía a dicha población y última, antes de iniciar la ascensión al alto de Padornelo. Llegamos bien por lo que, deciden acompañarme en la subida al alto.
Como nos quedaba lo más complicado, pese a que ya teníamos decidido subirlo por carretera, acordamos comer en dicho pueblo parando previamente en una tienda para comprar lo que faltaba para comer.
Iniciamos nuestra búsqueda para encontrar un lugar con sombra donde podamos comer y descansar un rato. A esto, encontramos a una mujer mayor a la cual, le preguntamos si hay algún parque o lugar con sombra donde descansar. Nos comenta que hay un parque pero que no da nada de sombra. Le preguntamos algún lugar con sombra y, tras unos segundos pensando, nos indica la iglesia de San Lorenzo, que se encontraba a nuestras espaldas. Está situada en una zona más alta y en su entrada tiene una buena sombra. Sin pensarlo dos veces, subimos un pequeño repecho que da acceso a la iglesia y, al llegar arriba, vemos que hay una buena sombra con bancos donde poder sentarnos tranquilamente. Dejamos las bicis, sacamos lo necesario para hacernos unos bocadillos y comemos bajo una sombra y una corriente de aire que era de agradecer dada la subida de temperatura en aquellas horas.
Descansando en la entrada de la Iglesia de San Lorenzo
Después de comer, Belén decide echarse una siesta mientras yo, aprovecho para bajar al bar que hay justo abajo para tomar un café y espabilarme un poco. Tras la comida, me vino el bajón con el respectivo sueño y ganas de dormir la siesta, cosas que deseché desde un primer momento. Si duermo aunque sea una hora, me levantaré mucho más cansado, costándome más la subida al alto de Padornelo.
Tras un rato en el bar, vuelvo a subir y allí me tumbo un rato a descansar intentando no dormirme.
Sobre las 17h decidimos continuar la marcha para subir cuanto antes el Padornelo. Para ello, preparo la bici haciendo una pequeña chapuza para incorporar al portabultos la luz trasera a base de cinta aislante. El tiempo estaba bastante despejado pero, por seguridad, preferí poner esta luz y dejarla encendida por si algún despistado camionero no veía algo grande moviéndose y necesitaba una luz parpadeante para darse cuenta. Otro motivo por la que puse las luces es que, al coronar el Padornelo por carretera, se llega a un túnel de poco menos de 500m, el cual, no está nada alumbrado así que, otro posible susto a evitar.
Pues nada, bajamos de la iglesia, paramos a rellenar bidones en un bar y empezamos la subida por carretera.
Sobre esta subida comentar que, el desnivel no es grande y se puede hacer sin problemas a un ritmo tranquilo. El único inconveniente son los casi 8 kilómetros de subida que, después de una mañana pedaleando por un sube-baja constante, puede hacer mella en uno mismo, gastando las pocas energías que puedes tener. Una buena idea fue comer y descansar algo justo antes de subir.
Al poco de iniciar la subida, me adelanto y dejo a unos 50m a los sevillanos aunque, tras una parada para descansar un poco (sobretodo para Belén, a la que su rodilla le estaba volviendo a pasar factura) nos volvemos a juntar. A mitad de la subida, encontramos un desvío marcado con flechas y me hace dudar. Paramos y echamos un vistazo a la guía. De mientras, Ignacio decide bajar por el camino que, en su entrada estaba asfaltado, para ver el estado de esta. Confirmo que hay que seguir subiendo por carretera y, al poco, vuelve Ignacio comentando que el resto de camino es por tierra y no muy accesible para las bicis. Por tanto, continuamos por carretera. Hay que decir que tras varias curvas, la subida se convierte en una recta a la que, a posteriori, se gira hacia la izquierda, viendo el trazado que te queda por subir. El problema es que ves lo que te queda pero no donde está el túnel que indica el final de la subida. Hace un poco de mella pero al rato damos con este. Tal y como había leído, dicho túnel no tiene alumbrado alguno por lo que conviene ir con luces y algún reflectante si es posible. Entramos y, del calor absoluto bajo el sol, pasamos a una bajada de temperatura que se agradece tras el esfuerzo en la subida pero que, si te quedas demasiado tiempo, puede hacer que empieces a tener frío.
Tras la salida del túnel, damos por hecha la dificultad del día, bajando a gran velocidad en dirección a Lubián. En dicha bajada, nos volvemos a separar los 3 aunque a una distancia en que nos podíamos ver. A mitad de la bajada, encuentro junto a la carretera una pequeña cascada (por llamarlo de alguna forma) de agua, donde paramos a refrescarnos.
Proseguimos la marcha hasta Aciberos, la cual dejas a la derecha y donde, a mitad de este pequeño pueblo, paramos en un cerezo. Las cerezas tienen muy buena pinta y decidimos comer algunas hasta que tenemos la idea de meter bastantes en una bolsa para llevarnos al albergue. Ahí es cuando aparece la dueña del árbol, la cual estaba paseando por la calle. Nos comenta que podemos coger las que queramos pero que intentemos coger las por lo que ella llamaba "el rabillo de la cereza" ya que si arrancábamos más ramas de la cuenta, al año siguiente no crecerían más cerezas.. Le hacemos caso y le agradecemos la amabilidad. Cogemos suficientes y continuamos hasta el siguiente pueblo donde pararíamos a dormir no sin antes hacer unos pequeños sube-baja que no apetecía mucho dado el cansancio acumulado. Un par de kilómetros antes de llegar a Lubián, nos cruzamos con un peregrino que nos haría más tarde, temernos lo peor aunque se quedó en un susto.
Justo a la entrada de Lubián, tenemos a nuestra izquierda una señal indicando el albergue y que nos hará bajar una pendiente hasta este, antes pasando por un hostal situado a 50m del albergue.
Llegamos a la puerta y me adentro para preguntar si quedan plazas libres. Es un albergue bastante pequeño donde justo a la entrada, nos encontramos con unas escaleras que dan a la habitación y baño y, a la derecha de dichas escaleras, una puerta que da a la cocina-comedor con 2 literas al fondo. Allí no veo a nadie que pueda ser un hospitalero. Solo una mujer que se encontraba en la cocina, me comenta que suba y coja una cama, que aquí el que llegaba primero cogía lo que quería/quedaba y no hay nadie controlando el albergue. Sin dudarlo 2 veces, subo a la habitación, la cual, tiene todas las literas metidas a la fuerza y con poco espacio para pasar. Allí veo prácticamente todas las camas cogidas. Hay un pequeño balcón donde se encuentran 3 peregrinos hablando. Salgo y les pregunto si saben de alguna cama que esté libre. Entran conmigo y me dicen de una. Perfecto, pero me faltan 2 más. Tras revisarlo me comentan de las 2 únicas camas más que quedan libres. - 3 camas justas - pienso, a lo que me viene de repente, la imagen del peregrino que nos habíamos cruzado poco antes de llegar. Ahí me viene la parte egoísta del cerebro y pienso lo que me dijeron abajo - el primero que llega, elige o coge lo que queda. Pues me quedo con esa frase.
Albergue de Lubián
Salgo del albergue y les comento a Belén e Ignacio en voz baja que solo quedan 3 camas, así que ya estábamos tardando en subir y dejar aunque sea el saco encima para reservarlas. A esto, salen con lo mismo - Y el peregrino que venía a pie?? Tendrá preferencia y uno de nosotros no tendrá cama.- Les comento que es lo que hay y no hay nadie controlando la entrada de peregrinos. A esto, veo que se me está yendo la olla y recuerdo que en la cocina hay 2 literas (4 camas) por lo que, entro y pregunto a uno de los chicos que hay - Perdona, sabes si alguna de esas camas está libre?? - A lo que me responde que sí, quedaba una libre. Pues problema solucionado. Subo y se lo comento a los sevillanos y tema zanjado.
Belén se mete en la ducha, mientras Ignacio y yo salimos para candar las bicis en algún sitio para pasar la tarde hasta que pudiésemos meterlas en la cocina. Tras mirar varios sitios alrededor del albergue, decidimos dejarlas candadas entre ellas en una pared donde estaban unos peregrinos hablando. Mientras tanto, estos nos preguntan si habíamos subido el alto por camino a lo que respondemos que no, la hemos subido por carretera. A modo de broma, nos dicen que eso es hacer trampa, que el Camino no se puede hacer por carretera a lo que le respondo que la subida por tierra no estaba en condiciones para hacerlo en bici. Hacemos 4 comentarios y no subimos.
Mientras estoy sacando trastos de las alforjas, veo que hay una cama con 2-3 mantas por encima pero con pinta de estar libre a lo que no le hago mucho caso. Justo 2 minutos después, llega el peregrino que dejamos poco antes de llegar y me pregunta si queda alguna cama libre. Le digo que creo que esa está libre (la que he comentado anteriormente) pero que, por seguridad, pregunte a los que están en el balcón ya que hace poco que había llegado. Pregunta y sí, otra cama libre. Al final, la cosa no estaba tan apretada.
Lubián
Tras las pertinentes duchas y lavado de ropa, preguntamos si hay alguna tienda donde comprar comida. Nos dicen que, junto a la iglesia hay una pero que es un tanto cara. Pues nada, a buscar la iglesia. Al poco damos con ella y, posteriormente, la tienda. Entramos y...que raro...no hay precios puestos. Cogemos lo necesario y nos dirigimos a la caja, la cual estaba la dueña, una mujer mayor. Mientras esperamos, me viene una revelación la cual les comento. - Sabes que me comería ahora?? Comida basura (hamburguesa, pizza...) - a lo que se ríen y me secunda (esto luego se demostraría más adelante). Me toca pagar y...por unas rosquillas y cola cao para desayunar,  y una litrona y pipas para tomar ahora, me clavan la friolera de 7.50€. Pues si que está la cosa cara. En fin, es lo que hay. Solo está esta tienda en el pueblo y se aprovecha de la situación al no tener competencia. En el momento de pagar, le preguntamos donde poder sellar ya que en el albergue no había nadie. La mujer nos dice que en la iglesia ponen sello.
Nos dirigimos a esta y, la verdad, no parecía una iglesia. Entramos y tienen música a todo volumen (aunque no hay nadie) y, justo a la derecha de la puerta, han puesto una mesa con el sello para que cada uno se selle el credencial. Sellamos y nos vamos a la plaza que hay justo delante y nos ponemos a comer pipas mientras entablamos conversación para pasar el resto de la tarde hasta que, casi a las 21h, decidimos ir al albergue para preparar la cena. Allí, justo nos encontramos a los hospitaleros, los cuales solo habían venido a sellar y cobrar. Así también me hago hospitalero. Dejo el albergue abierto sin ningún tipo de control y a última hora voy para cobrar, en fin...
Pagamos y justo la mujer con la que me encontré a la llegada al albergue, le dice a Belén que ha comprado un paquete de arroz y que lo ha hecho todo para no tener que ir con el paquete abierto por el Camino por si queríamos, podíamos comer de ahí. Sube a comentárnoslo Belén y decidimos cenar de ello con un poco de tomate que habían comprado antes.
Tras la cena, la cual agradecemos a la peregrina, salimos a desatar las bicis y meterlas en la cocina. La puerta del albergue parece que se va a quedar abierta, por tanto, decidimos volver a candarlas dentro.
Una vez asegurado las bicis dentro del albergue, salgo afuera para hacer las típicas llamadas a la familia y vuelvo al albergue para meterme en la cama hasta el día siguiente.


Estos son los datos del albergue de Lubián.

Track de la etapa de hoy:




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